A veces tenemos tantos miedos y tantos prejuicios que nos olvidamos de vivir,de saborear los pequeños detalles que son la sal que condimentan nuestras vidas.
Hay tantas cosas hermosas con las que disfrutar, tanta gente buena a quien amar, tantas bellas imágenes que admirar, tantos buenos momentos que disfrutar...y nos empeñamos en complicarnos la vida con los miedos, los tabúes, los prejuicios o el que dirán,...
Las prisas del día a día nos envuelven en una nube gris donde nos olvidamos de lo maravilloso que es vivir, nos limitamos simplemente a sobrevivir de forma mecánica, pero sin saboreas la vida, sin disfrutarla...sin sentirnos vivos...simplemente vamos ganando la batalla al reloj y procurando dejar todas nuestras tareas hechas y nuestros problemas resueltos...
Así van pasando los días, las semanas, los meses, los años y cuando nos paramos a pensar sorprendentemente, nos entristecemos, porque descubrimos que la vida se nos ha escapado, que pensando en labrarnos un futuro hemos dejado nuestro presente en el pasado, que luchando por el día de mañana malvivimos nuestro ayer, en fin... que hemos llegado al ecuador de nuestras vidas sin habernos dado cuenta...casi sin querer.
Pero nunca es tarde para rectificar,quizás no podemos recuperar el tiempo perdido pero... si podemos plantearnos vivir intensamente y saborear la vida que nos queda.
Yo recomiendo vivir todos los buenos momentos que se nos presenten,disfrutar de los pequeños detalles del día a día, de nuestras familias, de los amigos, de nuestros compañeros de trabajo y de todas las cosas bellas que nos brinda la naturaleza como son los días soleados, las noches de luna llena, las tardes de paseos, el olor del mar y de las flores , el canto de los pájaros, e incluso el murmullo del mundo, de este mundo del que formamos parte y del que debemos disfrutar cada segundo, cada instante...
Porque un día sin pensarlo, una fatalidad, un drama, un problema grande o cualquier otra razón puede complicar nuestras vidas, entristecerlas, nublarlas e incluso acabar con ella...
No quiero ser drástica pero si esto ocurre, qué menos que podamos sobrellevarlo con el recuerdo de lo vivido!... y si no podemos recordar porque nos hemos ido... al menos dejar una buena historia y grandes vivencias que puedan contar y recordar todos aquellos que con nosotros han convivido y nos han querido...."así, aunque ya no gocemos de la vida podremos mantenernos vivos"...
Hay tantas cosas hermosas con las que disfrutar, tanta gente buena a quien amar, tantas bellas imágenes que admirar, tantos buenos momentos que disfrutar...y nos empeñamos en complicarnos la vida con los miedos, los tabúes, los prejuicios o el que dirán,...
Las prisas del día a día nos envuelven en una nube gris donde nos olvidamos de lo maravilloso que es vivir, nos limitamos simplemente a sobrevivir de forma mecánica, pero sin saboreas la vida, sin disfrutarla...sin sentirnos vivos...simplemente vamos ganando la batalla al reloj y procurando dejar todas nuestras tareas hechas y nuestros problemas resueltos...
Así van pasando los días, las semanas, los meses, los años y cuando nos paramos a pensar sorprendentemente, nos entristecemos, porque descubrimos que la vida se nos ha escapado, que pensando en labrarnos un futuro hemos dejado nuestro presente en el pasado, que luchando por el día de mañana malvivimos nuestro ayer, en fin... que hemos llegado al ecuador de nuestras vidas sin habernos dado cuenta...casi sin querer.
Pero nunca es tarde para rectificar,quizás no podemos recuperar el tiempo perdido pero... si podemos plantearnos vivir intensamente y saborear la vida que nos queda.
Yo recomiendo vivir todos los buenos momentos que se nos presenten,disfrutar de los pequeños detalles del día a día, de nuestras familias, de los amigos, de nuestros compañeros de trabajo y de todas las cosas bellas que nos brinda la naturaleza como son los días soleados, las noches de luna llena, las tardes de paseos, el olor del mar y de las flores , el canto de los pájaros, e incluso el murmullo del mundo, de este mundo del que formamos parte y del que debemos disfrutar cada segundo, cada instante...
Porque un día sin pensarlo, una fatalidad, un drama, un problema grande o cualquier otra razón puede complicar nuestras vidas, entristecerlas, nublarlas e incluso acabar con ella...
No quiero ser drástica pero si esto ocurre, qué menos que podamos sobrellevarlo con el recuerdo de lo vivido!... y si no podemos recordar porque nos hemos ido... al menos dejar una buena historia y grandes vivencias que puedan contar y recordar todos aquellos que con nosotros han convivido y nos han querido...."así, aunque ya no gocemos de la vida podremos mantenernos vivos"...
Como tú dices, estamos llegando al ecuador de nuestras vidas y nunca mejor dicho. Yo ahora intento disfrutar de todo, es más me conformo con más bien poco. Muchos besos Vicky
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