domingo, 19 de julio de 2015

Gracias por prestarme tus manos

Cuando uno no puede andar, es duro, pero llegas a asimilarlo y puedes hacer una vida "normal" pero cuando uno pierde los brazos y las manos ya es una persona dependiente al 150%. Lo más duro para mi fue perder las manos porque esto a desencadenado mucha tristeza, por ejemplo, dejar de trabajar, dejar de comer, de beber, de fumar, de leer, e incluso de escribir en este, mi blog, donde tanto me gusta contar lo que pienso y siento.

Hoy tengo unas manos prestadas, las de mi hija, a la que quiero, bueno mejor dicho adoro porque gracias a ella esta dura enfermedad por la que estoy pasando se hace un poco mas llevadera. 
Ella me despierta por la mañana con una sonrisa, me da la medicación, me asea, me da el desayuno y me baja al salón. Todo lo hace con mimo y con amor. Después una vez que estoy sentada en el sillon se preocupa de que este bien, que vea una pelicula, o charlar o hacer algo para que me distraiga. 
Luego llega la hora de comer, ella vuelve a prestarme las manos y me da de comer con paciencia y observando sigilosamente que no me atragante. Luego vemos alguna película y si tengo que ir al baño, ella vuelve a prestarme sus manos para cogerme, para llevarme, y para traerme.

Las hijas son maravillosas todas pero tengo que decir, con todo el respeto, que yo no tengo una hija, tengo un ángel de la guarda, que me cuida, me quiere y me hace sentir bien dentro de un horror tan grande. Esta niña tiene unos sentimientos que no son humanos, son mucho mas que eso, es mis pies y mis manos.

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